Ya que todos los trastornos de la comunicación tienen el potencial de aislar a los individuos de todo lo que hay a su alrededor, es esencial encontrar las medidas apropiadas a tiempo. Si el niño tiene trastornos musculares, problemas de audición o retraso del desarrollo, su adquisición del habla, y destrezas relacionadas, pueden ser afectadas.
Los patólogos del habla ayudan a los niños que tienen trastornos de la comunicación de varias maneras: proporcionan terapia individual para el niño, consultan con el maestro sobre las maneras más efectivas de facilitar la comunicación del niño dentro de la clase y trabajan desde muy cerca con la familia. También pueden asistir a los maestros vocacionales y asesores en establecer metas de la comunicación relacionadas a las experiencias de trabajo de los alumnos, además de sugerir estrategias que sean efectivas.
La tecnología puede ayudar a aquellos niños cuyas condiciones físicas hacen la comunicación difícil. El uso de sistemas de comunicación electrónicos permite que la gente que no habla y las personas con severas discapacidades físicas aumenten su participación en la discusión del pensamiento.
Lo que se pretende con este artículo es que nosotros, como futuros maestros, tengamos la suficiente capacidad para poder identificar en nuestra aula un caso de trastorno en el habla, y de esta manera poder ser capaces, con ayuda de la familia, de ayudar al niño en todo lo que sea necesario. Como se ve en la imagen, a veces es necesario que ese niño salga durante algunas clases para acudir a una profesora especial que le ayude individualmente.
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